lunes, enero 01, 2007

13 años desde el levantamiento del EZLN


ENCUENTRO ENTRE LOS PUEBLOS ZAPATISTAS Y LOS PUEBLOS DEL MUNDO.

Boletín 03

31 de diciembre de 2006



Con la participación de cerca de 2 mil compañeras y compañeros de 44 países del mundo, transcurrió el segundo día del Encuentro entre los Pueblos Zapatistas y los Pueblos del Mundo, durante una jornada en la que se desarrolló el trabajo de las mesas correspondientes a La Otra Educación, La Otra Salud, y la lucha de las mujeres.



En la mesa de La Otra Educación participaron, como en el resto de las mesas de trabajo, autoridades autónomas de las cinco Juntas de Buen Gobierno y de los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ), quienes explicaron la manera en la que los pueblos organizan la educación en la autonomía y en la resistencia.



Los representantes autónomos detallaron el número de escuelas construidas en su territorio, algunas con recursos solidarios y muchas más con las aportaciones de las propias comunidades. Hablaron también de la importancia de la formación de promotores de educación, quienes son elegidos en asambleas comunitarias para capacitarse e impartir clases en sus pueblos.



Explicaron que la educación zapatista relaciona las 13 demandas de su lucha con cuatro áreas de conocimiento: vida y medio ambiente, matemáticas, historias y lenguas. La educación verdadera, dijeron, es la que parte de los pueblos y no la que imponen los malos gobiernos.



A las participaciones de las autoridades zapatistas siguieron las de los compañeros y compañeras de muchos países del mundo. Habló Mixper, chicana con raíces huicholes, del colectivo APC y del proyecto educativo Semillas del Pueblo, quien explicó que en Estados Unidos la gente de color, los hijos de los migrantes e indígenas son marginados, ridiculizados, tratados como inferiores y sus sueños son robados en las escuelas gubernamentales.



La escuela “Academia semillas del pueblo” fue formada de muchos sueños de la gente de la comunidad para rescatar la identidad y las tradiciones indígenas y para crear estudiantes que tengan una identidad indígena firme.



Por su parte, Juan Chávez, del grupo de estudiantes en resistencia del tecnológico de Oaxaca, esbozó un proyecto de educación alternativa llamado “Brigada Comunitaria”, que consiste en dar asesorías gratuitas de matemáticas, física, y la historia que el gobierno nos oculta.



Desde Argentina una compañera de la Red Trashumante relató que este proyecto surgió en 1998, en un contexto difícil con mucha desesperanza y un fatalismo muy grande. Un grupo tuvo la idea de salir a recorrer el país, a preguntar cómo estábamos sintiéndonos. A bordo de un camión amarillo llamado “Quirquincho” salimos con talleres de reflexión sobre la realidad con la palabra y lo artístico. Se llama trashumante porque vamos en busca de las mejores tierras.



Desde la Universidad de Berkeley, California y Radio Zapatista, un compañero expuso que en dicha Universidad se está formando un Colectivo de alumnos y profesores zapatistas que impulsan un cambio a través de, por ejemplo, clases de español para alumnos latinos, hijos de migrantes, como una forma de recuperar su identidad.



Participaron también hermanos y hermanas de Mexicanos sin Fronteras; además de compas de Ya Basta de Italia; del proyecto Escuelas para Chiapas, también de Estados Unidos; y de una Escuela popular de adultos de prosperidad de Madrid.



Simultáneamente a los trabajos de la mesa de La Otra Educación, se llevó a cabo la reflexión sobre La Otra Salud, en la que los representantes autónomos de las cinco Juntas de Buen Gobierno destacaron la importancia de rescatar la medicina tradicional en los pueblos indígenas. Hablaron de cómo organizan la salud en la resistencia a través de la capacitación de promotores de salud y la construcción de pequeñas casas de salud, microclínicas y hospitales zapatistas.



Los y las representantes de las comunidades en resistencia expusieron su postura frente al aborto. Señalaron que el aborto muchas veces pasa sin que nadie lo provoque, pues es una situación que se vive en las comunidades. “Muchas mujeres sufren este problema, no lo practican ni lo buscan, se da por las condiciones de vida indígena”, dijeron.



En la sesión de preguntas y respuestas, se destacó la importancia de fortalecer la educación sexual y la salud reproductiva. Se habló también de los problemas de salud mental, de la importancia de las campañas de vacunación sin la participación del gobierno, del uso de estufas ecológicas que eviten los daños que provoca la inhalación del humo de la leña en las mujeres, y de la importancia de la educación para planificar la familia.



Los zapatistas explicaron que su precario sistema de salud atiende gratuitamente a todas las bases de apoyo de sus pueblos y que, incluso, ofrecen el servicio de salud a los indígenas que no son zapatistas pues “la salud es un derecho que no debe distinguir, como lo hace el mal gobierno”.



En su turno, 20 compañeros y compañeras de muchas partes del mundo expusieron diferentes experiencias de salud alternativa. El Colectivo Brigada Callejera, del Distrito Federal, habló de su trabajo con trabajadoras sexuales en la ciudad de México, mientras que otro colectivo de Michoacán se refirió a la importancia de la fisioterapia en la salud. “El capitalismo enferma y da únicamente soluciones parciales a las curas”, señaló el colectivo.



Desde Chile, Ximena Castillo habló de la salud mental y de su trabajo en su centro comunitario de rehabilitación para esquizofrénicos; mientras que Gisela Morales, de Monterrey, explicó que trabaja en una zona marginada donde las comunidades buscan reptiles para comer. “Es necesario buscar no reproducir el sistema dentro de nosotros, crear otro paradigma. Hay que recordar que la tierra y la naturaleza son los médicos y los hospitales más antiguos”, señaló Gisela.



Edgar Ibarra, de la Granja del Sur Central de Los Ángeles, California, explicó que su proyecto comunitario y autogestivo nació en 1992 y contaba con 14 hectáreas donde la gente podía cultivar sus propios alimentos, además de contar con talleres de medicina tradicional y agricultura. Fueron desalojados del terreno pero aún mantienen un local donde continúan ofreciendo el servicio de salud basado en plantas medicinales.



Dentro de las participaciones se escucharon también las voces de una misionera independiente; de una médica de la ciudad de México que trabajó con los médicos descalzos en China; de un compa de la Sierra Totonaca que impulsa un proyecto de salud comunitaria; de un colectivo de Yucatán; una experiencia de musicoterapia de Buenos Aires, y una conmovedora historia de una indígena de Canadá. Participaron también hermanas y hermanos de Guatemala, de Amatlán (Morelos), de Costa Rica y del Distrito Federal.



LA LUCHA DE LAS MUJERES



Una sinfonía de 20 mujeres zapatistas se presentó hoy para exponer de manera clara y contundente los retos de la mujer indígena, los desafíos de la mujer dentro de la lucha, la participación de las zapatistas en la autonomía, sus pequeños logros, sus enormes problemas, su horizonte y el largo camino de su lucha por la igualdad en las comunidades.



Una a una las zapatistas tzotziles, tzelatles, tojolabales, choles, zoques y mames, detallaron su vida dentro de los pueblos en los que se vive y se sufre el machismo; comunidades en las que sus propios compañeros les niegan su participación política se burlan de ellas o de sus esposos por involucrarse en los trabajos que nos son tradicionales de las mujeres.



Hablaron una y otra vez de la importancia de organizarse como mujeres, de participar en cualquier trabajo de la resistencia, de lo que consideran sus propias limitaciones por no saber español y muchas veces ni leer ni escribir. “Pero vamos aprendiendo poco a poco y nos vamos haciendo conscientes”, dijeron.



De frente, sin miedo, las zapatistas respondieron una a una las preguntas lanzadas por un público ávido de respuestas sobre su manera de organizarse y sobre las dificultades que enfrentan. Dijeron que ya tienen el derecho a decidir junto con sus parejas el número de hijos que quieren tener, aunque reconocieron que muchas veces “hay esposos que no obedecen”.



Todas coincidieron es que “es necesario organizar un Encuentro entre mujeres para intercambiar ideas e ir organizando la lucha juntas”.



En la enumeración de sus pequeños y grandes logros, las mujeres del EZLN señalaron que hay hombres que ya se ocupan del trabajo de la casa (cuidar a los hijos, hacerse de comer, cuidar a los animales, etcétera); que cada vez hay más participación de las mujeres en los trabajos de la autonomía (salud, comercio, educación, autoridades municipales, integrantes de las Juntas, etcétera); resaltaron que hay mujeres insurgentes con diferentes grados militares, además de milicianas e integrantes del Comité Clandestino Revolucionario Indígena.



En el turno de las participaciones de México y de otros países del mundo, se transmitió un mensaje de las mujeres de Kurdistán, quienes están formando una brigada que lleva el nombre de la Comandanta Ramona. También participó el colectivo Regeneración Cuidado Infantil, de Nueva Cork; compañeras de La Otra en el Otro Lado; de la de la Red de Apoyo Zapatista de Madrid; del Movimiento Independiente de Mujeres, de Chiapas; del Frente de Trabajadoras del IMSS; del Centro de Derechos de la Mujer; del Colectivo Rompiendo la Noche, de Nuevo León; y del Colectivo Lucio Blanco de Tamaulipas.


Agradecer a todas las mujeres zapatistas a las que están aquí por la enseñanza que nos han dado en todo lo que nos han hablado, agradecer por este encuentro, por que nos han dado esperanza, esperanza para encontrar un mundo con vida en este mundo y no en otro. Quisiera ser como ellas pero no puede porque no nació indígena, pero desde su mundo es importante tratar de cambiar las cosas, aprender de ellas en el mundo vivimos en el engaño que ha sido heredado, se piensa en el progreso pero en el progreso que se nos ha enseñando, lo que hay que aprender de las mujeres zapatistas es que querer y hace falta aprender a querer antes de hablar del deber.


Al finalizar la mesa, las mujeres zapatistas lanzaron una pregunta a las participantes: “¿Qué piensan hacer ustedes por el maltrato, la violación y los golpes a las mujeres del mundo?”. De entre el auditorio surgió la respuesta: “Levantar la voz, educar, denunciar…”


La coordinación de esta mesa estuvo a cargo de la Comandanta Sandra y del Comandante Moisés, pertenecientes a la región de Morelia, quienes recordaron que este 31 de diciembre “se cumplen 13 años de nuestra lucha, cuando dijimos Ya Basta a la discriminación y al desprecio de las mujeres indígenas”.



Un programa cultural, baile y canciones prosiguieron para despedir el año y darle la bienvenida al año 14 de la lucha zapatista.